Los periodistas yemeníes Abdul Khaleq Amran, Akram Al-Walidi, Hareth Hamed y Tawfiq Al-Mansouri pueden ser ejecutados en cualquier momento.
Detenidos por los rebeldes hutíes desde 2015, los condenaron a muerte el 11 de abril de 2020. El tribunal estableció arbitrariamente que eran culpables de "crear y mantener varias webs y páginas en internet y las redes sociales "con la intención de "difundir rumores e información falsos y maliciosos".
Reporteros Sin Fronteras denunció estas sentencias de muerte porque “no solo muestran el sistemático carácter represivo de los rebeldes hutíes contra los periodistas, sino también su voluntad de utilizar este juicio expeditivo para ajustar cuentas con todos los medios críticos”.
Hay 15 periodistas encarcelados en Yemen. Los cuatro sentenciados a muerte fueron juzgados junto con otros seis colegas, también encarcelados desde 2015. Todos trabajan para medios que se consideran simpatizantes del partido Islah, que se alineó con la coalición liderada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos que apoyó al gobierno oficial y luchó contra los hutíes. Las condiciones de su cautiverio han sido deplorables y han sufrido torturas que les han acarreado secuelas.
